La ovodonación me ha traído el positivo

En mi último post os contaba que habíamos dado el paso a ovodonación y habíamos realizado la primera transferencia pero con resultado negativo.

Todavía nos quedaban dos blastos (embrión de 5 días) así que preparamos la siguiente transferencia, esta vez ni siquiera había que llevar la muestra de marido, simplemente empezar de nuevo, tras la llegada de la regla, con los parches de evopad (2 de 75 cada dos días) y la progesterona vaginal (200mg en dos tomas diarias, total 400mg).

En consulta habíamos decidido seguir trasfiriendo sólo un embrión, por un lado porque quería evitar el embarazo múltiple y por otro, y sobretodo, porque me generaba angustia pensar en que si no salía bien nos quedábamos sin embriones, me tranquilizaba pensar que todavía, en el peor de los casos, quedaba un tercer intento.

Así que allí estábamos de nuevo en la habitación de la clínica con el uniforme de quirófano cuando vino la doctora. Nos contó que el primer blasto no había superado la descongelación, hay pocas probabilidades de que suceda pero a veces pasa, y que habían descongelado el tercero (y último) correctamente, que era de muy buena calidad.

Me dió mucha pena, porque finalmente me veía en la última oportunidad de nuevo. Allí o empezaba una nueva etapa o había que volver a empezar y, sinceramente, nuestra situación económica no nos permitía hacerlo inmediatamente por lo que volvería la  espera y la frustración.

Volvimos a casa con nuestro pollito a empezar la betaespera y contar los días para saber el resultado. Hasta ahora había aguantado siempre sin hacerme test de orina (TE), sabía que era arriesgado porque puedes llevarte disgustos innecesarios, pero esta vez no pude. No sólo por la impaciencia (que allí estaba, no voy a negarlo) sino porque necesitaba un ápice de normalidad en el proceso. Las dos betas anteriores fueron en días laborables y recibí la llamada en el trabajo, teniendo a marido lejos, en el suyo, y teniéndole que dar la noticia por teléfono. Me apetecía pasar, como todas las parejas, por el momento de hacer pis en un palito y esperar con ansiedad que se dibujase una rayita o no, para poder llorar juntos, ya fuese de alegría o tristeza. Y apareció la rayita.

No podíamos creerlo, era muy suave, pero allí estaba, a día 9 post-trasfer. Emocionados y con lágrimas en los ojos nos dijimos que había que esperar, que no podíamos darlo por bueno todavía, pero esta vez con una sonrisa en la boca. Hice un TE cada día hasta el día de la beta y la rayita cada día era más fuerte y nosotros, como dos tontos, llorábamos todos los días.

Así que si, la beta fue positiva y hoy estamos ya en la semana 14 (14+4 para ser exactos).

He de decir que no pienso nunca en que el óvulo no es mio, no me importa en absoluto y para nada empaña la felicidad que tenemos. Pienso en mi hij@, en cuando llegue, en cómo decoraré la habitación, en qué nombre le pondremos, en cómo quiero educarle, etc… Así que no me diferencio de ninguna otra madre embarazada, soy y seré su mamá a todos los efectos. Ahora a seguir contando semanas!

 

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